domingo, 1 de febrero de 2009

Nicomedes Santa Cruz y la cumanana




Cumanana: Tradición y significado en la obra de Nicomedes Santa Cruz



Por MC

En homenaje a Nicomedes Santa Cruz, el autor afroperuano de mayor reconocimiento nacional e internacional, al conmemorarse un año más de su fallecimiento, ocurrido en Madrid el 5 de febrero de 1992.

Es importante recordar que en junio de 2005 se realizó el Coloquio Internacional en homenaje a Nicomedes Santa Cruz: Identidad y literatura afroperuana, en la Universidad de San Marcos. El objetivo era valorar y difundir la obra santacruciana así como reflexionar sobre la identidad y cultura afroperuana, en el ámbito académico y en general. Entonces se conmemoraban 80 años de su nacimiento.
Dos años más tarde, en 2007, por iniciativa de la lingüista María del Carmen Cuba, se reúnen algunos académicos sanmarquinos e investigadores en el I Coloquio sobre la Cumanana y I Encuentro de Cumananeros del Norte del Perú, el cual tenía por objeto estudiar y difundir la cumanana, arte versado oral y popular muy difundido en del norte peruano.
Justamente, en este último evento, presentamos un breve estudio que se centraba en la relación entre y Nicomedes Santa Cruz y la cumanana, porque este término hace alusión a una tradición artística y adquiere un significado muy concreto a lo largo de toda su obra, como veremos a continuación.


I. En búsqueda de la tradición oral afroperuana

Para empezar, Nicomedes Santa Cruz es considerado el más importante representante de la cultura afroperuana del siglo XX. De esta manera, suele aparecer en los libros de historia literaria como “decimista” o “poeta popular”. Visto así se construye una imagen reduccionista del autor y su legado artístico-cultural, ya que él ha sido, además, musicólogo, periodista, investigador y promotor cultural.
En realidad, su obra es notoriamente abundante, en ella se aprecian libros, discos, artículos, ensayos y conferencias. En otras palabras, él debe ser considerado como un artista completo, debido a que se ha desenvuelto libremente en varios géneros artísticos y literarios, incluyendo el teatro así como la música. Lo que ha hecho posible su ingreso al canon literario peruano e hispanoamericano, a pesar de cierta crítica local discriminadora y excluyente. Como bien ha señalado acertadamente el estudioso africano M´bare N´gom:

“La negritud de Santa Cruz forma parte de un proceso de reterritorialización de la experiencia negra y transafricana en el Perú, en América Latina y, en última instancia, en África. Al recuperar y expresar tal experiencia por medio de textos gráficos y ágrafos, oralidad, música y baile, Santa Cruz inscribe la misma dentro del panorama cultural oficial y político de la peruanidad y, por ende, de la panamericanidad” (N´gom 2006: 46).

De este modo, es fácil percibir en el autor su persistente interés en la tradición y el folclore afroperuanos. En su reconocido libro La décima en el Perú, publicado en 1982, explica que en nuestro país el mestizaje cultural es un elemento que aporta significativamente con nuevas prácticas musicales; pero, sobre todo, en la literatura oral. Ese es el caso del sujeto afroperuano quien contribuye con el “socabón“ y la “cumanana”. En una nota al pie, la número 53, agrega lo siguiente:

“Socabón” se le llama tanto a la melodía en que se cantan las décimas glosadas, como a la melopea que ejecuta la guitarra para este canto. Con ligeras variantes, el socabón se canta en la costa central y costa norte del Perú. La misma definición se puede dar para la “cumanana”, salvo que su cuna es Piura. Su texto es en coplas de cuatro líneas octosílabas y antiguamente se acompañaba con el arpa. Aún quedan
“cumananeros” en Morropón (Piura), que parece haber sido su cuna; donde también recuerdan los duelos de La Cotera y Veintimilla, famosos cumananeros morropanos” (Santa Cruz 1982: 71).

Con respecto a lo anterior, vale la pena destacar tres aspectos. Primero, que la cumanana, tal como probablemente la conoció Santa Cruz todavía, estaba acompañada del arpa. Hoy, sabemos que esta práctica ya ha quedado en desuso y se ha reemplazado este instrumento por la guitarra, lo cual Noel Orlando Adrianzén (1998) entiende como “el inicio de una etapa de decadencia”.
Segundo, Santa Cruz considera que el lugar de origen de la cumanana es Morropón, lo cual no está muy lejos de la verdad, ya que tanto el tondero y la cumanana son las máximas expresiones de la identidad cultural de dicha localidad, tal como lo asevera el profesor Orlando Velásquez Benites en su libro Cultura afroperuana en la costa norte (2003), así como otros investigadores.
Tercero, Santa Cruz nos da la información precisa sobre esta práctica poética al incluir en su nota los nombres de dos connotados cumananeros, Lacotera y Veintimilla. Al parecer todavía se conserva, en la memoria oral, algunas de sus producciones. Así Alberto Alarcón consigna en su recopilación El canto de la achupalla (1992) un diálogo en cumanana de ambos. Incluso Carlos Espinoza (2007) reproduce también un contrapunto de estos conocidos morropanos, en su trabajo “Cumanana creación literaria regional de Piura” aparecido en el libro Africanos y pueblos originarios (2007).
Es importante añadir que este término cumanana ya es mencionado por Santa Cruz con anterioridad. No podemos dejar de señalar que a mediados de 1958, él forma un conjunto de bailarines, cantantes y actores, el cual se denominó Cumanana. Se trata de una compañía que albergó en su interior treinta integrantes y se mantuvo activa varios años. Incluso se llegó a grabar el disco Canto y poesía negroide (Nicomedes Santa Cruz y su conjunto Cumanana), en 1959, cuya edición está agotada.
Ahora bien, Santa Cruz publica su primer libro titulado Décimas, en 1960. Ya antes había aparecido una plaqueta con el mismo nombre un año anterior. El texto de 146 páginas tuvo un tiraje de 5000 ejemplares, que pronto se agotó en librerías. Asimismo, Santa Cruz (1971: 13) explica que este texto contiene setenta décimas y consta de cinco partes bien diferenciadas, atendiendo a la siguiente temática: 1) Folklore; 2) A lo divino; 3) De desafío; 4) A lo humano; y 5) De argumento.
Curiosamente, en la primera sección, se observa una décima cuyo tema es la cumanana.

Veamos:


A todo canto de monte
según su lengua africana
los negros de aquel entonces
llamábanle “Kumanana”.

1
Como los pastores griegos
al sonar de la zampoña
en América retoña
el cantar de los labriegos.
Tales bucólicos juegos
requieren mental apronte.
En aquel amplio horizonte
de improvisados poemas
Natura dicta los temas
a todo canto de monte.

2
En Cuba con la guajira
y en Argentina payando
al retador contestando
verso tras verso se inspira.
Huye a veces nuestra lira
de la retórica hispana:
metaplasmos y “replana”
se emiten por reintegro
porque así lo quiso un negro
según su lengua africana.

3
Juglares de obscura piel
que entre azucareras cañas
repitieron las hazañas
de don Vicente Espinel.
Y ni palma ni laurel,
y ni mármoles ni bronces.
Bastaron sutiles ronces,
tras los halagos el ron
y dieron su inspiración
los negros de aquel entonces.


4
Su desafío en cuartetas
sobre un obligado asunto
dio margen al contrapunto
en muy ingeniosas tretas.
Hábiles negros poetas
dieron la copla peruana.
En la hacienda provinciana
donde nació este cantar
los negros de aquel lugar
llamábanle “Kumanana”.

(pp. 27-28)

Como se aprecia, Santa Cruz señala que etimológicamente este término aludido procede probablemente de “Kumanana”, una palabra africana. El cambio de la grafía “c” por “k” es significativo, aún cuando no indique de cuál lengua se trate. Sin embargo, esta tarea será asumida más tarde por el estudioso Fernando Romero, quien en su celebrado diccionario Quimba, Fa, Malambo, Ñeque. Afronegrismos del Perú de 1988 cita a Santa Cruz y amplia la información, confirmando que el vocablo es de herencia africana Kikongo.
Volviendo a la décima en mención, para Santa Cruz, Kumanana es el nombre de un “canto de monte”, es decir, se remarca que es una práctica musical y rural, en la que sus cultores se valen de la improvisación y el ingenio para su creación. Es, en buena cuenta, una adaptación de la copla traída de España hecha por los afroperuanos. Esta es una definición que se recoge años después, en la segunda edición del libro Décimas de 1966, en la cual Santa Cruz agrega un vocabulario y el término cumanana se explica de la siguiente manera: “Coplas improvisadas cantadas en desafío con acompañamiento de arpa o guitarra a la manera tradicional de Piura” (Santa Cruz 1966: 152).


II. La cumanana y Santa Cruz: entre la poesía oral y la música

En abril de 1964, se da a conocer Cumanana, con un tiraje masivo de 10,000 ejemplares. Este cuenta con 126 páginas e incluye 45 composiciones, es decir, 24 décimas y 21 poemas en su totalidad. Se encuentra dividido en cuatro partes, a saber: 1) Al compás del socabón; 2) Décimas de pie forzado; 3) Poemas; y 4) Poemas.
Se trata de un libro distinto en el que se desarrolla temas como el problema del negro en América y África. Así aparecen poemas tan emblemáticos socialmente como “Talará”, “América Latina”, “Congo libre”, “Sudáfrica”, ”Johannesburgo”, entre otros. Estos fueron compuestos a propósito de su viaje al Brasil, en 1963. Como ha indicado la investigadora peruana Martha Ojeda (2003: 32): “Nicomedes Santa Cruz, en esta etapa de su labor artística, opta por hacer de su poesía un instrumento de liberación, lo cual se evidencia en los poemarios Cumanana y Canto a mi Perú”.

Lo que nos llama la atención es que en este libro Santa Cruz incluye:


Cumananas
Para ser cantadas al estilo
tradicional de Morropón
(Piura)

I.

Ante Dios me tienta el diablo,
ante el diablo me ve Dios,
Por eso ni pienso ni hablo
para estar bien con los dos.

II.

No vas ni al oro ni al cobre
ni a la risa ni al sollozo;
ni sobre el yugo del pobre
ni a los pies del poderoso.

III.

Si miro hacia arriba me hundo.
Miro hacia abajo y me elevo.
Floto entre el Cielo y el Mundo:
Nada doy. Nada me llevo.

IV.

Tras tu pasible careta
se oculta un rostro impasible.
Un insensible poeta
es un poeta inservible.

(p. 115)

Es interesante observar que el autor las considera poemas y han sido escritas basándose en la usanza de la localidad de Morropón. La idea es presentar un contrapunto, como si se diera un desafío. Si nos atenemos a la métrica, efectivamente, se tratan de cuatro cuartetos de versos octosílabos, cuya rima es asonante y el tema gira alrededor de lo divino y lo humano, como suele darse en la décima. Por cierto, estas cumananas santacrucianas no han aparecido publicadas en otros libros o antologías posteriores al autor. Lo aleccionador es que este texto pertenece a la sección de poemas según el índice.
Lo cierto es que considero que este libro es uno de sus mejores o si no el más logrado de Santa Cruz por la trascendencia de la temática escogida y la riqueza verbal de sus composiciones. Con el transcurrir del tiempo, el autor comenta a propósito de esta publicación lo siguiente:

“La crítica especializada augura un “nuevo Nicomedes” o lo advierte en una encrucijada. Se habló mucho de aquello. Lo curioso es que a mí no me preguntó nada. De haberlo hecho, yo les hubiera dicho que no existe la “poesía negra”, como tampoco creo que exista la poesía “erudita” en contraposición a la popular” (Santa Cruz 1971:15)

Cabe agregar que ese mismo año de 1964, se dan dos hechos relevantes. Primero, Santa Cruz publica el 24 de mayo el artículo “Cumanana” en el diario Expreso. Segundo, se graba Cumanana. Antología de la música afroperuana en dos discos. Se trata de una edición novenal. Al año siguiente aparece la segunda con fines comerciales. El disco contiene 25 interpretaciones, entre poemas, canciones, pregones y décimas. Algunos ya son conocidos de sus dos libros anteriores, Asimismo, se incluye la canción “Cumanana”, que es característico del disco, cuya autoría es de su hermana Victoria. No hay letra, sólo la repetición de la palabra en un ritmo muy alegre.
En la entrevista que le hiciera el dominicano Pablo A. Mariñez a Santa Cruz, en 1982 y publicado con posterioridad, él refiere lo siguiente:

“Hay hombres claves, por ejemplo, Manuel Mujica Gallo, un hombre de mucho prestigio –fundador del periódico Expreso, del que yo también soy fundador, porque él me llama para fundarlo-, que me da quince mil soles en el 1964 para que yo edite el álbum discográfico Cumanana, con todo ese material, que era el que se cuestionaba. Cuando en el 1964 la firma Philips me auspicia Cumanana en su primera edición, Mujica Gallo se encarga de distribuirlo, y lo entrega a la revista Caretas para que se haga un trabajo, que sale en cuatro páginas dedicadas a Cumanana [...] Este álbum Cumanana es muy valorado dentro de mi actividad, porque ya no es el periodismo, ya no es la décima, es un trabajo de investigación, y empiezo a trabajar en televisión precisamente con la compañía Cumanana, con todo este mundo que empieza a tener importancia derivada de la independencia de los países africanos. Hay un interés serio de querer encontrar la presencia negra en el Perú, presionando por los acontecimientos del sur de Estados Unidos, por los movimientos africanos y porque se dan cuenta de que en el Perú hay negros, y que yo venía trabajando hacía tiempo en esto. Entonces lo negro empieza primero ahí, tanto es así que cuando sale el libro Cumanana toda la crítica, como Juan José Vega, Hugo Neira... todas estas gentes dicen que es el mejor libro que he escrito” (Mariñez 2000:71).

Lo anterior sólo confirma lo que hemos venido diciendo acerca del valor que adquiere desde entonces su obra en el contexto peruano y más dentro de Hispanoamérica.


III. A manera de conclusión

Para terminar, se puede afirmar que la cumanana es una expresión afromestiza o, si se quiere, afroyunga; está a medio camino entre la poesía oral y la música, entre la improvisación pícara y el ingenio creador. Confiamos que perdurará en el tiempo, a pesar de la modernidad y los cambios sociales ocurridos en nuestro contexto. Gracias a esta práctica artística y cultural, Nicomedes Santa Cruz Gamarra encontró una valiosa herencia cultural y descubrió la riqueza expresiva de un pueblo. Como bien decía él, se trata de “una voz ancestral […] y un verso elemental peruano” (Santa Cruz 1964: 83), que dieron sentido a su obra.


Bibliografía

ADRIANZÉN PALACIOS, Noel Orlando
1998 Coplas y tonadas de Cumanana: Epopeya de una forma musical. Lima: Biblioteca Nacional del Perú - Pontificia Universidad Católica del Perú, pp. 85-101.

ALARCÓN, Alberto
1992 El canto de la Achupalla: La cumanana en el departamento de Piura. Lima: Lluvia Editores.

ESPINOZA LEÓN, Carlos
2007 “Cumanana creación literaria regional de Piura”. En: Africanos y pueblos originarios (Relaciones interculturales en el área andina). Lima: Museo Afroperuano, pp. 199-228.

MARIÑEZ, Pablo A.
2000 Nicomedes Santa Cruz. Decimista, poeta y folklorista afroperuano. Lima: Municipalidad Metropolitana de Lima.

NGOM, Mbare
2006 “África en Nicomedes Santa Cruz. Nicomedes Santa Cruz en África”. Ínsula Barataria 6: 35-50.

OJEDA, Martha
2003 Nicomedes Santa Cruz. Ecos de África en el Perú. Woodbridge: Tamesis.

ROMERO, Fernando
1988 Quimba, Fa, Malambo, Ñeque. Afronegrismos en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.

SANTA CRUZ, Nicomedes
1960 Décimas. Lima: Librería - Editorial Juan Mejía Baca.
1964 Cumanana. Décimas de pie forzado y poemas. Lima: Librería - Editorial Juan Mejía Baca.
1966 Décimas. Lima: Librería Studium.
1971 Antología. Décimas y poemas. Lima: Campodónico Ediciones.
1982 La Décima en el Perú. Lima: Instituto de Estudios Peruanos.
1994 Cumanana (CD). Lima: El Virrey.
2004 Canto negro. Buenos Aires: Librosenred.

VELÁSQUEZ BENÍTES, Orlando
2003 Cultura afroperuana en la costa norte. Trujillo: Universidad Nacional de Trujillo.


Fragmento de la ponencia leída en el I Coloquio sobre la Cumana y I Encuentro de Cumananeros del Norte del Perú, organizado por la Facultad de Letras y Ciencias Humanas – UNMSM, del 20 al 22 de junio de 2007.