miércoles, 16 de diciembre de 2009

La crónica de una cimarrona: recorriendo las comunidades afroperuanas

Artesanía de Zaña: Sra. Posada.
Foto: MC
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Introducción
Hoy empiezo una nueva etapa de este blog. Mi objetivo principal es investigar, conocer y compartir con ustedes mis buenos amigos lectores la experiencia de recorre las comunidades afroperunas del norte del país. He abandonado Lima y todo lo que la capital conlleva: contaminación, ruido, estrés, modernidad y un laaargo etcétera como el cuello de una llama.
Me acompaña la poeta Tania Aguero Dejo (TAD). Ambas muchachas limeñas, hemos cambiado los libros y la comodidad urbana por unas mochilas muy pesadas y unas zapatillas ligeras, a pesar del peso tenemos mucho entusiasmo por hacer realidad nuestro objetivo. No queríamos llevar tantas cosas pero la lista fue creciendo y al final cargamos como el caracol la casa sobre la espalda.

Lunes 14 de diciembre de 2009
6 p.m.
Partimos de Lima a las 9 p.m. rumbo a Chiclayo. Tengo buenísimos recuerdos de esa bella ciudad. Es mi tercera visita y estoy muy contenta por viajar. Sé cuando partir pero todavía no la fecha de regreso, no me preocupa ahora. Los parientes muestran caras entristecidas, quizá no regresemos para las fiestas. Sería la primera vez que no compartiamos la cena navideña. No quiero pensar en ello.

8:30 p.m
Estamos en CIAL de Javier Prado. El bus es de color morado, me recuerda al Señor de los Milagros. Es buen signo. Curiosamente el bus tiene un pez espada emblemático. TAD dice que es un merlín. ¿Será? Le tengo confianza a este empresa. La sorpresa es que estrena flota nueva. ¡Qué suerte! Adiós Lima, dejamos atrás la neblina y la humedad corrosiva, como apunta Vargas Llosa en una novela.

Martes 15 de diciembre de 2009
12 p.m.
TAD duerme, entre sueños le susurré un ¡Feliz cumpleaños! Sonríe. Le estoy muy agradeciada por su compañía. Es mi mejor amiga y compañera de aventura.

En la Panamericana norte 6 a.m.
Ha sido una noche terrible. Uno ya no sabe como acomodarse en estos asientos, como dicen semi cama. No había para lujos. Necesitamos reducir los gastos al límite. El sol se ve en el horizonte, me alegra el corazón. El arenal y el mar muestran un paisaje desolador pero encantador a la vez.

Chiclayo 10:00 a.m.
Hemos llegado. El hospedaje está a unas cuadras de la plaza, de espaldas a la Catedral. Vemos gallinazos volando o parándose sobre las torres indistintamente. El calor es gratificante por ahora. Me desprendo de las chompas. ¡Qué delicia! No puedo decir lo mismo de Chiclayo. Recuerdo un estribillo de Nicomedes Santa Cruz: "¡Cómo has cambiado, pelona!". El centro se ha convertido de un lugar apacible en bullisioso. Hay demasiada gente apurada en los alrededores, taxis ticos que amenzan al peatón, edificios y tiendas por doquier. Estos cambios me disgustan. Al menos hay tordos cantores en los pocos árboles de las avenidas. La comida y los precios me espantan. El hombre de una agencia promete un tour al Museo de Sipán, Lambayeque y demás. Nuestro sueño de conocer Chaparrí queda congelado al averiguar los precios. Ufff! Está pensado para el turista extranjero pero no para el peruano promedio que trabaja. No pierdo las esperanzas todavía. Ya veremos.
El centro de Chiclayo no es el mismo de antes. Mi última visita fue en 1992. El cambio fue abrupto. TAD dice que se ha convertido en un mostruo. Asiento con la cabeza. Prefiero caminar por las callecitas empedradas y casas modestas en las proximidades. Son más acogedoras.

8:00 p.m.
Es una noche artificialmente iluminada por luceitas y adornos navideños. Hay viento, el calor disminuyó pero la gente se multiplicó aún más. Regreso al hospedaje. No más ciudad. La caja boba de la TV me entretiene mientras pienso que mañana será otro día... pero en el campo.

Miércoles 16 de diciembre de 2009
7 a.m.
El desayuno fue grato. Nada mejor que un buen juego de papaya. Esta vez nos dirigimos a Zaña. Tengo muchas espectativas. Antes era un punto en el mapa y ahora se convierte en una realidad. El primer museo afroperuano está allá. Es un magnífico día para continuar nuestro viaje.

(Continuará)

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