lunes, 18 de enero de 2010

Boca negra, un poblado sin salida

Martes, 12 de enero de 2009

El profesorAgustín Huertas en una conversación mencionó algunos apellidos de ascendencia afroperuana en Boca negra, así que decidimos conocer el poblado. Para llegar allá es necesario avanzar por un camino terroso y empedrado, cruzar el río y continuar la cuenca un tramo, para luego al fin ver aparecer Boca negra detrás de las chacras y los árboles de mango. Si por casualidad se continúa el camino se llega a Maray, los colectivos van siempre repletos de gente y cosas hacia aquel lugar. La mototaxi que nos trajo ya se marchó, habrá que esperar pacientemente otra, con suerte saldremos de aquísin problema.
Hemos llegado y pienso que en febrero las lluvias serán torrenciales en esta zona y no habrá acceso a este poblado, por eso mi premura en conocerlo hoy. Es un día nublado aunque el calor amenaza con aumentar. A simple vista no hay afroperuanos ni siquiera afromestizos, más bien observo andinos. Dónde están mis hermanos? Poco a poco me entero que la mayoría de afroperuanos han alquilado y/o vendido sus casas y tierras, para trasladarse a otras ciudades como Piura, Lima, etc.
Caminamos por las calles Boca negra, las casas se encuentran deterioradas y algunas permanecen cerradas o, mejor dicho, clausuradas. De un lado los cerros enverdecidos con árboles como el algarrobo y unas matas espinosas entre las rocas, son bastante atractivos para dar un paseo, es más la curiosidad de conocer qué hay detrás de los cerros nos invita a explorarlos. La subida es escarpada y no muy sencilla, es necesario esquivar las ramas con espinas y rodear enormes rocas, en las cuales a veces caprichosamente crece un algarrobo o un cacto. Las hormigas comehojas son abundantes así como las mariposas marrones que se extravían entrelos troncos. Desde lo alto Boca negra es apenas unas cuantas manzanas de casas muy humildes, el valle esespléndidocon sus huertas y sembríos de arroz , es decir, brotes que tientan a las aves delos alrededores. Arriba encontramos un par de gallinazos que nos oscultan con sus ojos perplejos. Nadie viene hasta acá, hemos ido haciendo nuestro propio camino. El sol aparece pero ya hemos llegado a la cima. Recobramos el aliento mientras apreciamos el paisaje, las aves canturrean entretanto. La bajada zigzagiante es más fácil si se lleva un bordón improvisado hecho con alguna rama gruesa. Este día no encontré afroperuanos en Boca negra, pero logré subir la cuesta de un cerro. La vida es así de difícil a veces, lo apreciable es llegar hasta al final, subir la cuesta o, por lo menos, intentarlo.

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